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Mauna Kea
escrito por Steve Kliewer, martes, 9 de agosto de 1995

Como primera medida, renté un campero 4x4 Isuzu Trooper de la agencia Harper's, una compañía que se anuncia como "La única vía a la cima." Aparentemente, esto es debido al hecho de que todas las otras compañías prohiben transitar específicamente por el "camino de herradura" el cual es la "única vía a la cima." La Gran Isla de Hawaii es la porción superior de un inmenso volcán sellado. Esto significa que no tiene laderas escarpadas sino que se eleva gradualmente en dos picos separados. Mauna Loa, el más bajo (13,677 pies) y el que está más al sur, está inactivo actualmente pero se espera que haga pronto una nueva erupción. Abajo, en su flanco sur, está la abertura activa llamada Pu'u O'o, cerca de la inmensa caldera de Kilauea. Mauna Kea, el pico más alto (13,796 pies), está considerado extinto, y es el sitio donde se han ubicado los principales observatorios del mundo. Los telecopios Keck I y II son los telescopios ópticos más grandes del mundo. También se encuentra el Telescopio Infrarrojo del Reino Unido (UKIRT) y esta noche hemos acordado una observación con John Davies, un astrónomo inglés, durante la primera parte de esta visita.

Cargué el equipo en la parte trasera del vehículo y lo amarré de forma que pudiera accesarlo fácilmente desde la puerta trasera sin tener que reajustarlo cada vez. Comenzamos a transitar tierra adentro por la autopista 180. Subimos rápido a pesar de la densa vegetación, la neblina y una ligera llovizna. Treinta y cinco millas después giramos hacia el camino de herradura. Habíamos alcanzado una altitud de 2800 pies. Paramos y tomamos algunas medidas por cerca de media hora y disfrutamos la pacífica, conmovedora y verde campiña llena de hierba. Manejamos otras 19 millas hasta una altitud de 6600 pies y nos detuvimos en la mitad de un inmenso y oscuro río de lava de color rojizo-café, cubierto en parte por otro de color gris. Ambos, obviamente, se habían originado en Mauna Loa, lejos, al sur. Estábamos ahora por encima de las nubes; la lluvia se había detenido pero había algo de viento. Otra vez recolectamos datos por cerca de treinta minutos, disfrutamos la vista y luego continuamos.

Giramos pronto por el "Camino Quemado", y después de recorrer 9 millas llegamos a Hale Pahaku ubicado a una altura de 9500 pies. Hale Pahaku es la base intermedia de los astrónomos. Todos los astrónomos que operan los telescopios en la cima de Mauna Kea deben quedarse todo un día en la base intermedia de Hale Pahaku para aclimatarse a la gran altitud antes de hacer su turno de trabajo durante toda la noche. En nuestro caso solo estaríamos en la cumbre durante una parte de la noche, y por lo tanto solo se requería que estuviéramos en Hale Pakahu por lo menos una hora. Tomamos datos otra media hora, nos encontramos con John Davies, nuestro anfitrion para esta noche e hicimos planes de continuar subiendo para ver la cumbre mientras había luz, retornar a Hale Pakahu para encontarnos con John nuevamente y luego subir de nuevo para ver el atardecer.

Inmediatamente encima de Hale Pakahu, la autopista que veníamos siguiendo se convirtió en un camino polvoroso sin pavimentar, serpenteante y escarpado en la superficie de la montaña. Tuve que poner el vehículo rápidamente en 4x4 para poder transitar esta ruta. A esta altura hay muy poca o ninguna vegetación para ver. El paisaje es empinado y desolado; un paisaje lunar rocoso y terracota. Seis millas de esto y encontramos un nivel intermedio donde el camino cambia y se convierte en una superautopista. Continuamos otras 4 millas hacia el tope de la montaña en donde los brillantes domos de los observatorios circundan el crater. Nos dirigimos directamente hacia el observatorio Keck. En este punto me encontraba tan emocionado que olvidé que me encontraba en la cima de Mauna Kea. Salté de campero y comencé a correr a ver si el centro de visitantes se encontraba abierto. Pronto me di cuenta de que no era una buena idea, ya que me comencé a sentir mareado y decidí detenerme y tomarme un tiempo para respirar. La vista era extraordinaria. Estábamos literalmente en la "cima del mundo" .

Después de recorrer rápidamente la galeria del Keck y caminar depacio alrededor tomando algunas fotografías, corrí el campero hacia donde había sol y comencé a tomar datos de nuevo. La temperatura a estas alturas estaba cerca de los 0 graos centígrados. Estabamos pensándolo dos veces acerca de nuestra noche de observación. El tiempo corrió rápidamente y con mucho trabajo retornamos a la carretera, de vuelta a Hale Pakahu. Sucedió que debido a un malentendido nos habíamos olvidado de John y él ya había partido hacia la cima. Dimos media vuelta y llegamos a la cumbre nuevamente, casi al atardecer. John nos guió en una visita corta al telescopio y la sala de control.

Aparentemente como un ritual, todo la gente sale afuera tan pronto como el sol se va a poner para ver el notable espectáculo y para ver si de casualidad pueden observar el "Rayo Verde". Esta fue una bella puesta de sol, pero sólo se pudo ver una pequeña porción de rayo verde esta vez. Mientras esperábamos la puesta del sol, miré en la dirección opuesta y vi la extraña forma triangular de la sombra de Mauna Kea extenderse por el territorio, con la luna llena brillando claramente sobre Mauna Loa en la distancia. ¡Era una vista maravillosa!

Rápidamente retornamos a la tibia sala de control tan pronto como el viento de la noche aumentó y comenzamos las observaciones de esta noche. Normalmente, John comparte el domo con una sola persona: el operador del telescopio, cuyo trabajo es apuntar el telescopio y asegurar de que esté dirigido hacia el objeto correcto y de que lo sigue con suavidad. Inicialmente, hay una rafaga de actividad cuando el equipo se apresura a probar el sistema en algunos objetos conocidos para calibración y verificación, y luego comenzar con la observación del primer objeto nuevo. Al principio, los datos de entrada deben ser comparados con los esperados, se deben probar y se deben cambiar los parámetros para estar seguros de que la información es real y relevante. Después de este período de aseguramiento, el astrónomo toma una rutina de trabajo, haciendo que el equipo coleccione gran cantidad de datos antes de cambiar los filtros o de moverse hacia algún objeto nuevo. Aunque la marcha es lenta, el astrónomo está constantemente pendiente de los datos y verificando para asegurarse de que las medidas están bien. La noche pasa así rápidamente.

Judy y yo teníamos un largo viaje frente a nosotros, así que nos excusamos hacia las 10 pm y comenzamos el descenso. Nos advirtieron que utilizaramos las luces de parqueo sólo cuando nos encontramos fuera de vista del borde del crater. Era una hermosa noche de luna. Las estrellas se veían tan claras y tan cerca y hacía tanto frío!

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